Los orígenes de las barberías: Una mirada retrospectiva a la historia

27 oct 2017
3 min de lectura
Barber and his barbershop brand
Echa un vistazo a tu alrededor y verás que los días de barbas desaliñadas y hombres sin desodorante han pasado a la historia. El cuidado personal ha resurgido con fuerza, y las barberías están en el centro de este renacimiento. Pero, ¿dónde se originaron las barberías y por qué son tan populares hoy en día? Sumerjámonos en la fascinante historia de los barberos, que se remonta a la antigüedad.

Los barberos tienen una rica historia, que se remonta a cuando no sólo cortaban el pelo, sino que también servían como médicos y líderes espirituales. En muchas culturas antiguas, como la asiática, la gente creía que el pelo podía atraer a los malos espíritus, por lo que era necesario un aseo regular para mantener la salud física y mental. Las ceremonias solían incluir bailes con el pelo suelto para dejar escapar a los espíritus, seguidos de un cuidadoso peinado por parte del barbero para impedir su regreso.

La Antigüedad: Los egipcios se afeitaban cada tres días, los romanos adoraban sus maquinillas de afeitar

En el antiguo Egipto, los barberos eran muy respetados, como se ve en las representaciones de los antiguos papiros. Se sabe que los sacerdotes se afeitaban todo el cuerpo cada tres días para mantener la pureza. La importancia del aseo personal se menciona incluso en la Biblia, donde José se afeitó y arregló antes de reunirse con el faraón, lo que pone de relieve la importancia de la apariencia incluso en aquellos tiempos.

Los barberos también adquirieron importancia en Grecia, donde arreglarse la barba se convirtió en un símbolo de estatus. Era un servicio prestigioso, reservado a los ciudadanos más ricos.

En el siglo III a.C., los macedonios perdieron varias batallas contra los persas porque sus enemigos utilizaban sus barbas contra ellos en combate. Tras ello, Alejandro Magno ordenó a todos sus soldados que se afeitaran, y pronto los civiles siguieron su ejemplo, adoptando esta nueva moda.

Por la misma época (296 a.C.), un hombre llamado Ticinio Mena introdujo la primera maquinilla de afeitar en Roma. Los rostros bien afeitados se pusieron rápidamente de moda, y los hombres empezaron a pasar horas en los sillones de barbero. El ritual de acicalamiento incluía no sólo cortes de pelo, sino también masajes, la aplicación de aceites raros e incluso manicuras, básicamente la experiencia de servicio completo que reconoceríamos hoy en día.
A man shaving beard

La Edad Media: Los barberos como cirujanos y dentistas

Los conocimientos médicos de los primeros siglos d.C. eran limitados, y muchas personas morían de afecciones que hoy son fácilmente tratables. En la Edad Media, los barberos trabajaban junto a sacerdotes y curanderos, realizando procedimientos como la sangría. Después de que el Concilio de Tours de 1163 prohibiera al clero y a los médicos estas prácticas, la responsabilidad recayó por completo en los barberos, lo que marcó el comienzo de su época dorada.

Los barberos se convirtieron en los profesionales a los que se acudía no sólo para cortar el pelo y recortar la barba, sino también para intervenciones quirúrgicas y dentales. En el siglo XIII se formaron gremios oficiales de barberos, en los que, además de cortar el pelo, los barberos recibían formación en cirugía y anatomía. A mediados del siglo XIV, los gremios de barberos eran algunas de las organizaciones más influyentes de muchos países.

Sin embargo, con el tiempo, cirujanos y dentistas se sintieron frustrados por la falta de conocimientos anatómicos y las prácticas dudosas de los barberos. En 1450, un decreto de Londres limitó el número de intervenciones quirúrgicas que podían realizar los barberos.

A pesar de estas restricciones, los barberos conservaron la mayoría de sus privilegios hasta mediados del siglo XVIII, cuando el Parlamento británico aprobó una ley que separaba las funciones de cirujanos y dentistas de las de los barberos, marcando el fin de la era del barbero-cirujano.

Tiempos Modernos: El auge de las barberías

Cuando a los barberos ya no se les permitió realizar procedimientos médicos, se vieron más influidos por la industria de la moda. La popularidad de las pelucas a finales de los siglos XVIII y XIX también asestó un duro golpe a la barbería tradicional, provocando un declive de su oficio. Las barberías se convirtieron en espacios exclusivos para hombres en los que rara vez se veía a mujeres.

Se produjo un resurgimiento a finales del siglo XIX, cuando A.B. Moler creó la primera escuela profesional de barberos en Chicago. Fue la única institución de su clase en aquella época, y rápidamente ganó reconocimiento en toda América.

Las barberías pronto se convirtieron en lugares donde los hombres se reunían no sólo para acicalarse, sino también para socializar, intercambiar noticias e incluso disfrutar de una copa. Estas "barberías" evolucionaron hasta convertirse en centros comunitarios.

Barberías hoy: ¿Por qué el regreso?

Hoy en día, las barberías están resurgiendo con fuerza. ¿Qué las hace tan populares? Además de proporcionar un excelente cuidado del cabello y la barba, ofrecen un ambiente único que recuerda los días en que las barberías eran el centro de la vida social. Con la creciente popularidad de las barbas bien cuidadas y el aseo masculino tradicional, las barberías vuelven a estar a la vanguardia del estilo y la cultura.
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